Cuando Tom llegó a la casa la tía Polly le puso un castigo, el sábado cuando todos estaban descansando tenía que pintar de blanco una valla larga. Pasó un niño que se ofreció ayudar a Tom, pero Tom decía siempre que no. Era un engaño porque Tom quería que lo hiciese el niño. Tom se sentó y pensó lo que le iba a hacer a los demás niños que pasaran por allí. Tom se aprovechaba de cada niño que pasase por allí, hasta que terminó de pintar la valla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario